jueves, 14 de abril de 2011

DEPRESIÓN E INTERNET

La adicción a Internet puede enmascarar depresiones.
Perder la noción del tiempo en la red, conectarse a altas horas de la noche o sentirse ansioso cuando no se navega pueden ser síntomas de que una persona es adicta a Internet, pero además, en algunos casos, esa adicción puede enmascarar una profunda depresión.

En España, entre el 80 y 90 por ciento de la población adulta navega por Internet, y un cinco por ciento de ellos abusa o hace un mal uso de esta actividad; entre este porcentaje figuran los adictos a la red, cuyas estadísticas resultan difíciles de medir por ser ésta una de las nuevas aficiones desmedidas, conocida como adicción sin sustancia.

Este tipo de patologías se caracterizan por la inexistencia de un componente químico al que "engancharse". Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco, ha dedicado su carrera a estudiarlas y a analizar los síntomas y sus repercusiones. En su opinión, esta adicción no se diagnostica solo según el número de horas que se navega. Más de tres puede considerarse un síntoma, pero los especialistas prefieren guiarse por otras señales de alarma, como no saber cuánto tiempo se está conectado o levantarse al baño en medio de la noche y encender Internet.

Pero, ¿qué tiene la red que la hace tan atractiva para estas personas? Echeburúa considera que las nuevas tecnologías permiten «crear un mundo de fantasía, una identidad ficticia y un tipo de relaciones sociales diferentes a las convencionales». Por ello, el perfil más frecuente de estos adictos es el de una persona que se rechaza a sí misma y que es solitaria o aburrida.

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